Soria

El comercio lanero fue muy activo en el área soriana desde finales de la Edad Media hasta el siglo XIX. La lana fina procedía de ganaderos trashumantes. Había una gran concentración de la propiedad en un puñado de grandes ganaderos que ponían en el mercado importantes partidas de lana. Ésta era comprada por grandes mercaderes burgaleses, bilbaínos, navarros...que la destinaban casi toda hacia la exportación.

Las operaciones de esquileo y lavado de la lana se realizaban dentro del territorio provincial. Muchos ganaderos sorianos contaban con sus propios esquileos, sin que hubiera establecimientos comparables ?salvo, quizá, el de Chavaler? a los segovianos.

Por su parte, hacia 1770 funcionaban lavaderos en Soria capital (tres), Chavaler, La Sinova, Vinuesa, San Pedro Manrique, Yangüas y Medinaceli.

Una vez lavada la lana, los transportistas sorianos la llevaban a los puertos de salida en carretas o a lomo de animales. En este tráfico intervenían, sobre todo, vecinos de los pueblos carreteros del área de Pinares situada al noroeste de la actual provincia de Soria.

La lana soriana seguía tradicionalmente dos rutas alternativas. El 85 % salía hacia el noroeste, y acababa en los puertos de Santander y Bilbao, pasando previamente por Burgos o por las aduanas de Balmaseda, Orduña (la mayor parte) y Vitoria. Otra ruta iba hacia el noreste, a través de las aduanas de Ágreda y Logroño, para, tras cruzar Navarra, acabar bien en el puerto de San Sebastián, bien en Francia. Este tráfico lanero era un elemento esencial en la configuración de una importante área comercial transfronteriza, de la que formaban parte la región del alto Duero, Navarra ?con enlaces hacia otras zonas del corredor del Ebro? y el SO francés. Sus centros neurálgicos, a uno y otro lado de la frontera, eran Pamplona y Bayona.